Las plantas se defienden
Las defensas de las plantas leguminosas no son siempre iguales. Su reacción depende de los factores propios de cada ambiente, aunque ambas sean de la misma especie.
En un estudio presentado por Tania Brenes-Arguedas, Phyllis D. Coley y Thomas A. Kursar (todos ellos de la University of Utah, Salt Lake City, Estados Unidos) se llegó a la conclusión de que las plantas leguminosas pueden desarrollar mecanismos de defensa contra los animales herbÃvoros. La investigación fue publicada en el 2008, en el Journal of Echology, de la British Ecological Society.
Para el efecto, los cientÃficos compararon los bosques de YasunÃ, en Ecuador, y de Barro Colorado National Monument, en Panamá. Se los escogió por sus diferencias de flora, especies e, incluso, por la interacción de las plantas con las hormigas. Se hizo la prueba en 18 especies de Inga, una planta leguminosa que se encuentra abundantemente en América.
A través de un extenso estudio, los cientÃficos descubrieron que las diferencias entre los bosques sà tenÃan un peso alto en las modificaciones que habÃan desarrollado las distintas plantas. Por ejemplo, las del Yasunà tienen defensas más bien indirectas, relacionadas con las hormigas, mientras que las de Costa Rica las tienen más bien a través de los quÃmicos.
Por supuesto, en la investigación se deduce que estas defensas pueden variar en su efectividad dependiendo del sitio. Al contrario, los investigadores llegaron a la conclusión de que en ambos sitios el daño es similar en las hojas de la planta.
Con ello queda claro que si bien las plantas pueden desarrollar distintos tipos de defensa, dependiendo de los factores que las amenacen, los daños no serán tan distintos en los sitios en que se encuentren. Depende, eso sÃ, de los componentes de este ambiente el mecanismo particular de defensa que estas desarrollen.