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María del Carmen Cevallos: Precursora de la Divulgación Científica en Ecuador.

 

 

       Por: Andrea Puga V.

 

 

Si se le pregunta a María del Carmen Cevallos qué la llevo a seguir el camino de la Divulgación Científica, su respuesta es sencilla: La obra de otros grandes profesionales en el campo como Carl Sagan y su motivación para que estos esfuerzos se extrapolen a Ecuador.  

 

 

            En una etapa en la que la divulgación en nuestro país no era reconocida, María del Carmen se propuso ser una precursora y trabajar en que se hable de ciencia en el país, “La divulgación y sus demás clasificaciones como el periodismo científico tienen como objetivo poner al servicio de las personas los conocimientos que existen en el medio para que estas mismas personas puedan tomar decisiones”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

          

 

 

   Por más de seis años, María del Carmen coordinó el área de divulgación de la ciencia en la ex Fundación Nacional de Ciencia y Tecnología (FUNDACYT). En esta institución tuvo que hacer frente a antiguos paradigmas en los que se trataba a la ciencia como algo ajeno al público. Por ello se propuso crear y editar la primera revista de Divulgación Científica en el país llamada Desafío. Las personas con las que trabajó durante la difusión de este producto en la sección de Transferencia de la FUNDACYT aun se encontraban adversos a utilizar un diseño más atractivo para el público, algo por lo que María Fernanda tuvo que luchar para que se apoyara esta propuesta. Al final, tuvo éxito y el principal público al que estuvo dirigida esta publicación fue a estudiantes universitarios para impulsar el desarrollo en materia científica desde estas instituciones.

 

            Al ser parte de este organismo,  María del Carmen también pudo dirigir la producción de más de 150 materiales de divulgación científica para TV, radio y prensa escrita. Fue directora de la Agencia de Noticias de Ciencia y Tecnología, cargo que le daría mucha experiencia en lo que se iba a dedicar a continuación: Fue elegida para representar a Ecuador, por primera vez, en la Red Iberoamericana de la Popularización de la Ciencia auspiciada por la UNESCO.

 

            Esta red, representada por 10 países, se instituyó para estudiar nuevas metodologías en el campo de la comunicación y la ciencia. La investigación que María del Carmen realizó junto con Luisa Massarani, periodista brasileña, sobre el tratamiento que los medios le habían dado a la gripe AH1N1 fue galardonado y sirvió para conocer la realidad de los medios en nuestro país.

 

            La investigación se tituló La Pandemia del Miedo y para María del Carmen esta fue la base para demostrar que en el país no se estaba realizando un periodismo científico de responsabilidad, “Al comparar ambos estudios (Brasil y Ecuador) pude evidenciar que en el país solo se remitían a dar una noticia a comparación de Brasil en el que se daba más peso al reportaje -comenta- Esto habla mucho de que  trabajo de investigación se estaba realizando en ese entonces”.

 

            Actualmente, María del  Carmen ha dejado en espera la labor de divulgadora para dedicarse a la docencia en la Pontifica Universidad Católica del Ecuador. Sin embargo,  los años de experiencia en el campo de divulgación y su camino trazado ha servido de base para que nuevos talentos sigan sus pasos “Para dedicarse a la divulgación de la ciencia se necesita mucha pasión y especialización, viajar, conocer nuevos horizontes y sobre todo hacer todo con ética y compromiso con el público.”

 

De cerca con María del Carmen Cevallos

 

Por: Jorge Andrés Bayas.

 

 

  •  Supongo que el hecho de plantear el periodismo científico, digamos, de cero fue complicado. ¿Con qué personas te relacionaste, te contactaste para ello, qué equipo de trabajo tuviste al inicio?

 

Él área estaba creada, el estudio de base estaba listo, y ahí empecé a hacer un plan nacional de comunicación. Ya estaba dando resultados el plan de ciencia y tecnología en ese entonces. Ya había estudiantes becados para estudiar en el exterior, en distintas áreas: metalurgia, biomedicina, todo. Pero estamos hablando del año 2000; apenas había unos 200 estudiantes y ahora hay 7.000. El presupuesto, entonces, era de 30 millones y ahora es de miles de millones. Hay una diferencia abismal. Ese me alegra. Hay que apostar a ese talento humano que decidirá qué hacer con el país en 15 años. Hay que invertir en ciencia y tecnología. Los chicos que tuvieron una beca deben después de volver trabajar en algo, hacer investigaciones.

 

Bueno, siempre que hables de un tema científico tienes que hablar con alguien que sepa del tema. Puedes, perfectamente, estar hablando tonterías sin darte cuenta. Y también está el proceso periodístico. Hay que validar, o sea revisar el contenido. Nosotros nunca tuvimos un reclamo. También es porque en la revista manejamos otros tiempos, no hay tanta inmediatez. Y además las políticas en los propios medios no generan este espacio porque el tema está en segundo plano.

 

  •  Existe la impresión que se da la divulgación científica, pero destinada a cierto público: joven, universitario, educado, o para los niños. ¿Hay o debería haber para la persona corriente de la calle, que hace otra cosa, no está en el mundo académico, pero igual le interesa?

 

No sabemos si estamos bien ante todos los públicos. Por eso son necesarios los estudio de impacto comunicacional. Los espacios en que trabajé, creo, eran espacios abiertos. Hay otros elementos. Ahí está la revista Elé, un proyecto que se mantiene, por más que sea duro. Tienes el Museo del agua. Tienes el otro museo, el del sur, que es un centro interactivo de ciencias. Yo fui a visitarlo en una oportunidad y vi que hace falta porque si ustedes logran conocer museos interactivos como el de Colombia, Maloka, van a ver la diferencia. Ese fue el primer museo interactivo que visité y me dije: “esto, aunque sea en chiquito, pero en el país”. Ese presupuesto de 30 millones por todo el programa nos quitaron 5. Depende todo de los costos. Tuvimos que crear programas para otro tipo de contenidos (señala la revista física) porque esto es muy difícil de comercializar. Ahora tenemos que adaptarnos a esta etapa de las nuevas tecnologías; debemos pensar en los nativos digitales. También como periodistas tenemos el internet para emprender, para darnos a conocer.

 

  •  Hablaste del tratamiento de la información referente a las pandemias. ¿Puedes contarnos más?

 

Bueno, fue sobre tratamiento informativo de Ecuavisa a la pandemia AH1N1, por cinco meses. Ecuavisa, desde hace años, tiene el primer lugar de sintonía en los noticieros. Un periodista debe ser pilas. Nos contactamos con gente que habían enfermado de AH1N1. Entrevistamos al director de noticias de Ecuavisa. Lo interesante es que ahí trabaja un compañero que tenía información y formación. Hay que ponerla en práctica, pero en este caso no se hizo. Entonces otro periodista, un chico del canal dijo que él no sabía cómo hacerlo. Y sólo había una fuente de información, la ministra. Y no hubo fuentes científicas para sostener las cosas. Y habíamos analizado, a la par, a un canal de Brasil, cómo trataba la información. Y sí había diferencia entre este pequeño canal de Brasil con el canal más importante del Ecuador, el cual, se supone, debería hacerlo muy bien. Aquí se toma en cuenta lo más corto, actual y pasajero: noticia y no reportajes.  

 

  •  Siempre se habla de que todo tiene que ser entendible, pero siempre, en los medios, es muy formal. Sin embargo debería ser más dinámico, divertido. ¿Cómo resolver esto?

 

Tampoco se debe ser espectacular, pero sí hay que utilizar elementos que enganchen a las audiencias. Una mexicana, una astrónoma, vino con una maleta, como si se fuera de viaje, y yo me asusté. En el área de biología de la Católica (PUCE) comenzó a sacar objetos de la maleta, como una maga; sacó un secador de pelo y un globo, prendió, y dijo: “así les enseñamos a los niños cómo las estrellas se sostienen”. Cosas tan sencillas como esas ayudan. Hacía cosas que llamaban la atención, seducía con esto.

 

  •  En noticias como la reciente de que hace poco hubo un sismo en Guayaquil quizá se exageraron las cosas. ¿Qué consejos darías en casos como este?

 

Hay protocolos, como la mitigación de riesgos. En cuestiones de tragedias el presentador de noticias debe estar a tono, no sonreír y, además, dar el nivel correspondiente de positivismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

INFOGRAFÍA

 

Por: Adela Salcedo Martínez 

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